Semana Santa
La pasé con ella casi todo el sábado y parte del domingo. Tenía que ir con su familia a pasear al Parque de las Leyendas pero inventó alguna excusa para quedarse en casa y pasarla conmigo. Estuvimos conversando, viendo tele, besándonos. Yo sé que le gusto, hasta tal vez me quiere (a su manera) pero no como yo la quiero, no de la misma forma, no con la misma intensidad, no sé si es porque ya le rompieron el corazón y no quiere que le pase de nuevo (eso es lo más seguro) o porque yo no soy realmente lo que ella quiere (eso es lo más triste).
Me enumera uno a no todos sus defectos, no sé si lo hace para que me desanime o porque realmente quiere que la acepte como es. Yo ya la acepté como es, no puse ningún obstáculo, no tengo ningún problema. Yo sé que ella no me acepta como soy (quizás espera el gran amor de su vida y yo solo estoy de tránsito por su vida), ni siquiera sabe qué es lo que le gusta de mí, pero no quiere que la presione. Puede decir todo o nada. Prefiere sonreír, dudar, pensar y seguir callada.
No puedo soportar un amor que no es amor. No puedo soportar que no me quieran cuando yo quiero tanto. No puedo soportar que poquito a poco me rompa este corazón que apenas está comenzando a amar.
Quizás exagero, quizás esté alucinando cosas que no son, quizás estas lágrimas que se desprenden a rabiar de mis ojos son solamente pequeños momentos de desolación que pronto pasarán. Tal vez me canse y prefiera dormir antes que levantar un solo pie y ponerlo en el suelo. Estoy cansada. cansada. Cansada de dar amor y recibir muy poco.
Quiero que me amen como yo amo, con locura, con frenesí, con ansiedad, con ternura, con todo el alma, con todo el cuerpo, que un suspiro sea una ilusión, que un quejido un estruendoso te amo, que su abrazo abarque el mundo entero, que su beso sea mil besos en una sola noche. Un amor que ilumine mi vida, que la llene de estrellitas, que al hundirme en el mar de mis tristezas me saque a flote y me diga que me ama, que me necesita, que me desea. Un amor entero, completo, integral, lleno, total. Un amor que sea la vida entera.